Las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa
de muerte en el mundo, responsables del 42 % de los fallecimientos en
varones y del 52 % de los acontecidos en mujeres. Se estima que continuarán siendo la principal causa de muerte en el año 2030 . Se trata, pues, de
una auténtica epidemia que podría limitarse con un retorno a un estilo de vida
y una alimentación más sanos, como, por ejemplo la dieta mediterránea .
El estilo de vida y la
alimentación que se sigue en la juventud y en las etapas medias de la vida
parecen ser los principales determinantes de la aparición de enfermedades
crónicas en etapas posteriores.
¿ Qué es la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea se
define como el patrón de alimentación propio de los países del área
mediterránea donde crecen los olivos (Creta, Grecia y sur de Italia y España)
de finales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta. Aunque no
existe una dieta mediterránea única, se considera que sus principales
características son las siguientes:
a) un consumo alto de grasas (incluso
superior al 40 % de la energía total), principalmente en forma de aceite
de oliva (más del 20 % de la energía total);
b) un consumo elevado de
cereales no refinados, fruta, verdura, legumbres y frutos secos;
c) un consumo
moderado-alto de pescado;
d) un consumo moderado-bajo de carne blanca (aves y
conejo), y productos lácteos, principalmente en forma de yogur o queso fresco;
e) un consumo bajo de carne roja y productos derivados de la carne;
f) un
consumo moderado de vino, principalmente con las comidas.
COMO SE DESARROLLÓ EL ESTUDIO
En total se incluyeron 7447 participantes, de
edades comprendidas entre 55 y 80 años (varones) o 60 y 80 años (mujeres) y sin
manifestaciones clínicas de enfermedad cardiovascular en el momento de la
inclusión, pero con una alta probabilidad de presentarlas, ya que se trataba de
sujetos con riesgo vascular alto.
Estos participantes se asignaron de
forma aleatoria a tres grupos de intervención dietética: una dieta mediterránea
suplementada con aceite de oliva virgen extra (2487 participantes), una dieta
mediterránea suplementada con frutos secos (2396 participantes) o una dieta
baja en todo tipo de grasa (2349 participantes). A todos ellos se les convocó a
una sesión individual y grupal con una dietista cada tres meses y fueron
evaluados anualmente. El estudio finalizó a finales del año 2011, lo que
implica un seguimiento medio de los participantes de seis años.
OBJETIVO
El objetivo principal del
estudio PREDIMED era la valoración de la eficacia de la dieta mediterránea para prevenir la mortalidad cardiovascular, el
infarto de miocardio y el accidente vascular cerebral.
Resumiendo los resultados del estudio:
A los 4,8 años de
seguimiento, se detectaron 288 complicaciones cardiovasculares mayores: 96 en
el grupo de aceite de oliva virgen extra (3,8 %), 83 en el de frutos secos
(3,4 %) y 109 en el grupo control (4,5 %).
(Las tasas respectivas de presentar un evento cardiovascular
primario fueron de 8,1, 8,0 y 11,2 por 1000 personas-año y lashazard ratios respectivas de 0,70 (IC 95 %,
0,53-0,91) para el grupo de aceite de oliva virgen extra y 0,70 (IC, 0,53-0,94)
para el grupo de frutos secos)
Respecto a la mortalidad global, se observó una
tendencia a una reducción de la mortalidad general en el grupode dieta
mediterránea suplementado con aceite de oliva virgen extra, con una hazard ratio de 0,81 (IC,
0,63-1,05; P = 0,11) respecto al grupo control .
CONCLUSIÓN:
El estudio PREDIMED ha
demostrado por primera vez que la dieta mediterránea tradicional incrementa la
longevidad y ejerce un potente efecto protector frente a la aparición y el
desarrollo de la enfermedad cardiovascular. Confirma también los efectos
beneficiosos de este patrón de alimentación sobre los principales factores de
riesgo vascular, tanto clásicos como emergentes.
Así pues, nunca es tarde
para cambiar nuestros hábitos alimentarios y mejorarlos hacia una dieta más
saludable, como la mediterránea tradicional.
¿ Como podría mejorar esta dieta?
Podría mejorarse esta dieta si se cambia el aceite de oliva común por aceite de oliva
virgen extra, se aumenta el consumo de frutos secos, pescado azul, verduras y
legumbres, se sustituye el pan y cereales refinados por integrales, se mantiene
un consumo moderado de vino con las comidas, se reduce el de de sal y de
carnes, especialmente la carne roja, y se evita la ingesta de refrescos
azucarados, bollería y dulces industriales.
Más información en http://www.predimed.es/