Blog sin ánimo de lucro

miércoles, 24 de mayo de 2017

Qué debo saber sobre el cuidado de la Fistula para hemodiálisis

¿Qué es?

La Fístula arterio venosa (FAV) es una unión de una arteria y una vena que se realiza por medio de un cirujano vascular para crear el medio ideal para realizar una hemodiálisis: Un vaso sanguineo, la vena, con una pared más fina, menos dolorosa, a la que hemos unido y dado la fuerza del flujo de una arteria, para poder sacar la sangre, limpiarla y devolverla. Esta vena se hará más gruesa y grande y creará una trayecto idoneo para puncionar con las agujas.




¿Qué tipos hay?


Hablamos de FAV autóloga cuando se realiza sobre la arteria y la vena nativa del brazo de el paciente.
Las FAV protésicas, son aquellas en las que se une una prótesis vascular a los vasos del paciente y se punciona sobre él.


¿Cuándo tengo que tener una fístula AV?


La FAV se planteará realizar cuando los riñones ya se encuentran con una función muy deprimida y sea necesario preparar al paciente para el comienzo, siempre una vez informado de las diferentes ténicas de diálisis y elegida la opción de Hemodiálisis. Esto es muy importante, ya que tener la fistula preparada hará que el inicio sea programado o menos taumático para el paciente renal.



¿Qué cuidados tengo que tener en cuenta cuando tenga la fístula hecha?


Lo dividiremos en 3 fases:


1. Período después de la intervención

Aquí entra el juego el papel de los sanitarios de la unidad de diálisis. Los cuidados de enfermería van encaminados a observar y detectar complicaciones que conduzcan al fracaso temprano de la FAVI. Se valorará el soplo del acceso vascular, el thrill (vibración de piel en zona de la fístula), el apósito, el pulso periférico del miembro donde se ha implantado la FAVI y su temperatura y color.

El miembro superior implicado en el proceso debe mantenerse elevado favoreciendo la circulación de retorno y así evitar edemas.


¿Qué debe hacer el paciente en casa?


- Autocuidados higiénicos

No levantar el apósito en las primeras 48 h, 
No mojar el apósito y cambiarlo si estuviera sucio o humedecido
Cubrir la zona si existe riesgo de traumatismo o contaminación.


- Autocuidados preventivos

Movilizar el brazo con suavidad evitando ejercicios bruscos
No permitir la toma de tensión arterial, cateterismos, administración fármacos y punciones venosas o arteriales en el miembro que porta la fístula y llevar un distintivo o pulsera que alerte sobre ello. Evitar vendajes salvo hemorragia. 
No dormir sobre el brazo, ni portar ropa o joyas que lo compriman.

- Vigilancia

Observación y exploración de la FAVI, reconociendo el thrill desde los primeros momentos posteriores a la cirugía detectando si hay variaciones, observando si hay cambios en la zona de la cirugía, color, dolor, inflamación, temperatura. 




- Signos y síntomas de alerta: 

Inflamación 
Dolor 
Hemorragia 
Supuración 
Disminución del trhill o ausencia.




2. Período de maduración

Desde la realización de la fístula hasta su utilización se producen cambios de dilatación y engrosamiento de las paredes del vaso de la FAV.

Importante:  El paciente debe favorecer el desarrollo de su FAV (a partir del tercer día): realizando  ejercicios isométricos (abrir y cerrar el puño), apretando una pelota del tamaño de la mano.

En los accesos autólogos el período de maduración mínimo es de 4 semanas y en los protésicos el tiempo mínimo es de 2 semanas. Estos períodos dependerán de las características del paciente y su comorbilidad.

El cuidado adecuado del AV favorece su maduración, previene la aparición de complicaciones y prolonga la supervivencia del mismo.




3. Período de utilización en hemodiálisis. 


Del buen estado del AV dependerá la eficacia de la diálisis y, en consecuencia, la salud y bienestar de la persona que se dializa. Los conocimientos y la aptitud de la/el enfermera/o y del paciente son factores determinantes para la evolución del acceso.

La decisión del momento de canalizar el AV por primera vez ha de hacerlo personal debidamente entrenado para evitar complicaciones.

Antes de la punción el enfermero/a valora aspecto, trayecto y alteraciones en la fistula respecto a punciones anteriores, valora el thrill o soplo en todo el trayecto venoso y se decide cual es la mejor zona la puncionar.

La retirada de las agujas ha de realizarse cuidadosamente a fin de evitar desgarros. En muchas ocasiones el propio paciente colaborará comprimiendo sobre los orificos, aunque en las primeras punciones ha de realizarse siempre por personal de enfermería experto.

Se recomienda un tiempo de hemostasia mínimo de 10-15 min o bien hasta que se haya formado un coágulo estable en el sitio de punción. 








Autocuidados del paciente en el período interdiálisis


-  Añadidos a los autocuidados referidos en el período de maduración, instruiremos al paciente para que la retirada del apósito la haga al día siguiente de la sesión de diálisis, de manera cuidadosa.

- En caso de que el apósito se pegue a la piel, este se humedecerá para evitar tirones y sangrado.

- Nunca ha de levantarse la costra de la herida.

- En caso de sangrado, comprimir los puntos de punción y hacer la hemostasia de igual forma que cuando lo realiza al final de la sesión de hemodiálisis.

- Mantendrá una adecuada higiene del brazo del AV con lavado diario con agua y jabón, o con mayor frecuencia si las circunstancias lo aconsejan.




Conclusiones

- La FAV es el mejor acceso y clave para tener un inicio de Hemodiálisis programado y seguro. Debe de realizarse en las consultas prediálisis.

- El tiempo de maduración dura unas semanas, en las cuales realizaremos observación, cuidado y ejercicios para tenerla desarrollada para su utilización.

- El protagonista principal del proceso de cuidados de la FAV es el paciente. Su bienestar integral y su seguridad son objetivos principales.

- Optimizando las actuaciones de cuidado del paciente como del cuidado por el enfermero o médico de hemodiálisis, se puede lograr una reducción de complicaciones, mayor longevidad del AV, incremento en la calidad de vida de los pacientes.








Bibliografía:

Care of arteriovenous fistulas. Nursing interventions and activities. Dial Traspl 2010;31:12-6 - DOI: 10.1016/S1886-2845(10)70005-9

martes, 2 de mayo de 2017

Nutrición en diálisis: ¿Cuánto tomar y cuáles son las mejores verduras para el enfermo renal?

Las verduras son alimentos con bajo nivel calórico y con propiedades asociadas a la buena salud. En paciente renales la verdura se convierte en un grupo alimenticio muy bueno para la prevención del riesgo cardiovascular, pero hay que tener en cuenta que como producto vegetal, algunas pueden tener alto contenido en potasio y fósforo por lo que no hay que abusar.

En todas las consultas de Nefrología incidimos en la correcta cocción y remojo de las verduras para eliminar parte del potasio asociada. Al igual que es preferible congelar y después consumir.

Algunas verduras tan frecuentemente consumidas como las acelgas o las espinacas son desaconsejadas por ser las que más contenido en potasio tiene.

Os dejo una lista con las verduras de mejor perfil para el enfermo renal y las cantidades diarias aconsejadas.